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Otra vez Humberto nos deleita con una obra suprema. Hay una particularidad, en esta obra de Eco, digna de resaltar. Si bien en una gran parte de la obra de este maestro de la semiótica, podemos encontrar múltiples citas a Jorge Luis Borges, es quizás en esta, en la que mas referencias al grandísimo escritor Argentino podremos encontrar. Para Eco, y así lo ha demostrado, en sus referencias, Borges es quizás un escritor de culto, no es fácil escapar al influjo de JLB, a su imaginario, a su pluma. Que increíble que en Argentina, aun no se lo reconozca como el lo merece. Es probable y tal vez así sea que no estaba en el como propósito en su vida, la fama, o la legada masiva de su obra. El mismo en su autobiografía reconoce " aunque resulte irónico en esa época, yo era un escritor bastante conocido, salvo en la biblioteca". Pero que falta que hace cada vez mas la lectura de JLB, hoy que nos toca ver como los jóvenes se manejan en la vida con un vocabulario tan escueto y paupérrimo que apenas llega a las 15 palabras, que causa dolor de oídos. Borges es un escritor ideal para los ámbitos escolares, ya que en la sola lectura de alguna de sus obras, encontraremos un exquisito lenguaje y una innumerable cantidad de referencias a otros autores que llevan a los curiosos a querer saber quien es y tan solo con esto, nos abre un nuevo camino, parafraseándolo, un sendero que se bifurca, hacia otras fuentes. Algo tan simple como esto, no es tenido en cuenta en los programas educativos actuales. Hoy quizás, el fomento de la ignorancia, sea el motivo del desdén en la inclusión de uno de nuestros grandes escritores. Hay seguramente razones políticas, siempre existe un mediocre intelectual pequeño burgués, como aquel que lo saco de la biblioteca nacional, para ponerlo a trabajar en el mercado de aves huevos y afines.
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